jueves, 26 de febrero de 2009

6. El pueblo sumergido de Richard Ford



Ha escrito que “no nos hacemos adultos del todo
hasta que sufrimos una gran pérdida
”, quedándose sin aire
como si saliera del profundo pozo de sí mismo
con un cuchillo oxidado entre los dientes
y un sabor a sangre en el reverso de la lengua.
Pero en la mirada del poeta no hay nada; ni enigmas,
ni vestigios de otros mundos, ni los símbolos
del verbo o del recuerdo. Pisa la tierra y agita sus manos
como si fuesen las extremidades de un fantasma,
abraza espaldas en las que adivina futuras cicatrices,
tatuajes que acreditan una cartografía de emociones,
y emplea metáforas como conchas de piedra
en las que se escucha a sí mismo dentro de unos años
limpiando una escopeta o poniendo un papel en blanco
bajo el microscopio. Todo le empuja
al mismo destino sin rumbo: descifrar las palabras
según un código enemigo para luego ordenarlas
movido por oscuras consonancias
antes que su memoria se convierta
en una gigantesca ola que lo engulle todo,
la madera seca, la vida en movimiento,
los cuerpos aún calientes en un vacío sin fondo,
y transforme su pasado en un pueblo sumergido
bajo la muda vibración del tiempo y el espacio.


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1 comentario:

  1. Precioso.....

    Leíste el mío. Te lo dejé como comentario en la primera entrada del blog. Ya me dirás.....

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