viernes, 20 de febrero de 2009

3. El hueco


“...pulsing like slow amphibian hearts”
Margaret Atwood


A veces, al jugar al escondite,
el muchacho que ha de dar caza a sus amigos
también se oculta, excitado por un miedo
que late en sus sienes y que le impide
distinguir entre sueño y realidad,
y durante unos minutos todo queda en silencio,
un eco sin voz en medio de la tarde.
Años más tarde ese muchacho, ya adulto,
busca por rectas y esquinas aquellos escondrijos
imaginando que en un instante
su mirada se tiñe de rojo al encontrarse
en armarios y en muros, en huertos y baúles,
con un pasado que subsiste
como el corazón de un anfibio
gracias a un gélido y prolongado reflejo.


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