sábado, 11 de julio de 2009

22. Solución final



Esto no es un poema. O al menos no es un poema
sobre otro poema en el que escribes
sobre la imposibilidad de escribir. Esto es la única salida
después de tantos atajos y pasos en falso.
Cada frase cruje como esos calcetines
con los que se masturban los viejos en los asilos.
Cada frase parece la primera pero también la última,
un collar hecho con palabras que ya no cuentan,
palabras que una vez te suspendieron en el aire
como en el clímax de un ahorcado
pero que ahora te aferran al suelo y a la tierra.
¿Cómo decir “ya no te quiero /
pero siempre te querré”
en dos versos
que encierran toda la verdad
y luego arrojan la llave al abismo? ¿Cómo escribir
“todo ha terminado igual que empezó” para después borrarlo
y convertirlo en la letra pequeña que se consume sola
cuando pasamos página? Has guardado el amor
como billetes dentro de un pañuelo, dentro de un colchón,
lleno de escamas y la cocaína de todos los dedos
y todas las narices que han pasado por ellos. Y ahora,
el amor es el árbitro de un campeonato de esgrima en silla de ruedas.
El amor es un imán con una foto nuestra en la nevera.
Un juguete olvidado que meses después de Reyes
recobra la vida con un par de pilas nuevas
y se mueve por toda la casa
agitando los brazos y tropezando con todas las paredes.

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2 comentarios:

  1. Verano Muerto marcó un antes y después para mi. Estos poemas han conseguido que vuelva a sentir la primera vez que te leí.Gracias

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  2. Gracias. Si pudiera subir aquí un emoticón, sería uno sonrojado!

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