jueves, 12 de febrero de 2009

Me explico,


La existencia de este blog tiene una razón fundamental. Publicar uno a uno los poemas que tendrían que haber sido ya (sin imperativos, está claro) parte de mi tercer libro, el que no existe. Quizás sea buena cosa no haberlo editado todavía en papel, quien sabe. Oportunidades ha habido (en serio) pero los concursos (algunos con amaños, otros con amagos, otros con amigos, pero TODOS con algo amargo) o las editoriales no se han mostrado amables y mucho menos afables.

No me quejo. Sería como decir que la competición de mates del All Star Game es una patraña exhibicionista después de haber sido eliminado en primera ronda afirmando que tu mejor mate lo habías planeado para la final.

Ya he publicado antes (ver sección "Antes de ayer") y el mérito es poco. Un par de libros, unas cuantas antologías, algunos poemas en revistas (recuerdo ahora Reloj de Arena y Hélice) y suplementos más que sueltos. Por tanto no me siento influido por el rencor, la mala sangre o la urgencia, sino por la necesidad: sin un tercer poemario no habrá un cuarto ni tampoco un quinto, y éstos son los que ahora mismo cohabitan en la casa-árbol de mi cabeza. La vida de la mayoría tiene episodios, tiene “to be continued”, segundas partes malas o regulares, pero lo que considero notable nunca verá la luz sin las sombras de “Ensayando una Mueca”.

"Ensayando una mueca" ha de tener un final. Lo tendrá, poco a poco, día a día, semana a semana, y se irá desgranando aquí. Este ejercicio incluye corregir versos que pensaba terminados, ritmos que imaginaba inmejorables. Mostraré cada poema en el orden que creo capta mejor la idea básica del libro. Se admiten adverbios y adjetivos. Se admiten comentarios.

2 comentarios:

  1. Un motivo para ser feliz este lunes; estaré atentísimo a este artefacto recién abierto. Enhorabuena.

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  2. Este es mío, a ver que te parece:

    Presente, pasado y futuro de las migraciones. La arquitectura del aire.
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    Recorro la incertidumbre
    (turbia, devastadora),
    con los ojos cerrados, con las manos abiertas: Tanteando.
    Sintiendo la realidad,
    la irregular materia de lo indescifrable crecer rozando la yema de mis dedos.
    Cosida de sueños y recuerdos, la dibujo incompleta, recién nacida.
    Se muestra abierta y moribunda. Desmembrada
    y efímera como un río.

    Despierto. Y la noche enquista lo infinito,
    el tiempo se deshace entre las manos a jirones
    para transmutar en recuerdo;
    Donde lo inalcanzable se convierte en imágenes temblorosas y rocío,
    donde todo se convierten en memoria.

    Me violentan los vestigios del presente;
    sus restos, con su tacto acuático.
    Lo siento dejándome atrás en su huida, asolándose a cada instante.
    Lo transito, fluido, mientras se pega a mi epidermis como un himen,
    como si profanara o fecundara al futuro con su cuerpo.

    Geometría aletargada en el caos, en la piel muerta de los relojes,
    bosques anunciando el infinito que cubre mis entrañas.
    Derrotado por lo que ya ha sido,
    por péndulos que se aniquilan en otoños, ovillándose,
    su cadáver se deshace en caminos imprevisibles.

    Siento sus cuerpos migratorios, la sal acumulada, sus miradas de mercurio triste.
    Todo es mineral y atávico, todo me refleja y multiplica.
    Soy todos los hombres y ninguno.

    Mi futuro se deshace en topografías.
    En mapas, tatuajes, partituras:
    nombres de ángeles y demonios escritos en mi piel.
    En sonidos suspendidos en el aire
    que rasgan la frontera de las palabras: música como tiempo, tiempo en el espacio,
    notas infinitas que agonizan en la lluvia.
    Todo es recuerdo. Todo es instinto
    que alimenta la memoria; preñado de signos,
    cosido de sonidos, de sangre palpitando, de cópula y semen en los labios.

    Mis miembros despiertan sumidos en un río,
    luchan en la corriente
    que se alimenta de los cuerpos que intercambian escamas mortuorias
    de sus nervios, de la piel y los instantes.
    Miembros que se construyen de hueso, de pulpa dulce, de roca y de pasado.
    De flujo incesante, de noche, de sonido.
    De arquitecturas, de mi cuerpo derruido. De imágenes y señales.

    Memoria violenta escritura.

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